jueves, 11 de noviembre de 2010

A pesar de todo...

Comenzaba el segundo cuatrimestre, atrás habían quedado las prácticas en superior, el primer parcial (qué largo que fue…) y una sensación de etapa finalizada. Pero el desafío más grande estaba por comenzar, nos acercábamos peligrosamente a las tan temidas prácticas en “media”.

Recuerdo las ansiedades que esto despertaba, los temores a no poder “llegar” a los chicos, el desafío de pensar actividades para abordar los contenidos, y además… ¿qué escuela me tocará? ¿Qué temas tendré que dar? ¿Cómo será el grupo en cuestión?, creo no equivocarme cuando pienso que varios de nosotros pensamos algo similar…

En mi caso particular pude resolver bastante rápido el tema de la escuela que me cedería el espacio para las prácticas. Pude establecer contacto en un establecimiento privado cercano a mi casa, y en ese momento pensé que tenía bastante solucionada la cuestión. Pero no había podido observar todavía al grupo. La directora del establecimiento se refiere a ellos como un grupo especial, bastante inquieto, pero por supuesto, “muy buenos chicos”, El compromiso estaba asumido así que solo restaba comenzar con las observaciones.

Qué ganas de salir corriendo!

Fue lo primero que se me pasó por la cabeza el día que realicé la primera observación. A modo de recibimiento, la docente del curso me comenta, antes de entrar al aula, que uno de los chicos le preguntó si podía quedarse mirándome fijo durante las dos horas de clase, solo para incomodarme. Así, con ese clima distendido entré al aula. La docente me presenta, les dice para que estoy allí y lo que voy a hacer, entonces uno de los alumnos dice: ¿justo acá va a venir a practicar? Se le van a ir las ganas de enseñar!!

En ese momento, con una sonrisa le contesté que me encantaban los desafíos y que si salía airosa de esa situación, quería decir que ya podía enseñar en cualquier otro lado!

La descripción del grupo que me había dado la directora era benévola, no eran un poco inquietos, eran sumamente inquietos, hablaban constantemente entre ellos, escuchaban música y a la vez cantaban, no escuchaban a la docente, se sentaban en lugares que no les correspondía, como juntarse tres en una mesa de dos, se tiraban avioncitos o se quedaban dormidos sobre los pupitres.

En esos momentos pensaba, si se comportan así con su docente, como será conmigo? Pero ya no puedo volverme atrás, no puedo salir corriendo! Si este iba a ser el desafío, había que enfrentarlo, y desde esa postura fue que pude relajarme y pensar que todo iba a salir bien.

Planificando otra vez…

Cuando pensaba que ya había “aprendido a planificar” me di cuenta de lo difícil que era pensar ahora en este grupo, tan diferente del que había tenido en superior. Por supuesto que daba por descontadas las diferencias obvias dadas por la edad, el tipo de escolarización, pero así y todo, superaron mis expectativas!

En mis observaciones pude dar cuenta que la profesora necesitó de dos clases para poder dictarles tres definiciones, el desafío era entonces intentar darles los temas que me correspondía, en un tiempo razonable.

Por un lado el alivio de que los temas que me tocaron no eran difíciles de abordar (emociones, familia, grupos), por el otro, por esta misma obviedad, la dificultad de presentarlos sin caer en la cotidianeidad.

Primera planificación, cuando pienso que ya lo tengo resuelto, viene el mail de Alejandra…”van las correcciones!”, a pensar otra vez!!, menos exposición y más actividades, allá vamos otra vez!

La primera vez…

Allá vamos con afiches cartones de colores, plasticolas, muchos nervios y a la vez muchas ganas. Me volví a presentar, les comenté lo que íbamos a hacer el tiempo que me correspondía estar con ellos, pude ver en sus rostros señales de aprobación y algunas sonrisas, pude relajarme y comenzar.

La primera clase fue un bloque de 40 minutos, pasó rapidísimo! Fue una clase armada entre todos, ya que, a pesar de que charlaban entre ellos no dejaron de participar y respondían a las preguntas que les realizaba. Hacían bromas y pudimos reírnos entre todos sin faltas de respeto. Cuando me tocó despedirme hasta el día siguiente sentí que la experiencia había sido mejor de lo que esperaba. De todos modos faltaba bastante…

En el camino

Ya me sentía encaminada, sentía que podía lograrlo, debo reconocer que lo más difícil para mí fue el pensar actividades para trabajar los contenidos, el grado de dispersión de los chicos era grande, mi temor era que al trabajar en grupo, se descontrolaran, pero finalmente no fue así, transcurrió dentro de límites razonables, algunos participaban más, otros menos, pero en líneas generales colaboraban. La dificultad residía en que se escucharan entre ellos, ya que tienen la costumbre de hablar todos al mismo tiempo y no escucharse, por lo que las puestas en común se dificultaron un poco.

Por otro lado, cuando el tema les interesaba, comentaban, daban opiniones, los tiempos de mi planificación no coincidían con los tiempos reales, pero intenté respetar los tiempos de ellos cuando los debates eran pertinentes, por lo que debía reformular mis planificaciones constantemente.

A pesar de todo

Y sí, a pesar del ruido, de los que se quedaron dormidos, de los que escuchaban música, de los que hablaban a los gritos, de los que no participaron, a pesar de todo eso, debo reconocer que en lo personal la experiencia fue gratificante. Sentí que daba lo mejor que podía, ellos tomaron lo que pudieron o quisieron. Trabajar con adolescentes es un desafío, que nos escuchen, cuando a duras penas se pueden escuchar entre ellos, que nos respeten, cuando los valores están tan trastocados y les resulta muy difícil distinguir lo correcto de lo incorrecto, que puedan aprovechar algo de la clase, cuando lo único que piensan es que es la última hora y ya está por tocar el timbre. A pesar de todo, cada día me retiraba del establecimiento con una sonrisa, incluso cuando quise despedirme y no pude por el nivel de ruido y dispersión, a pesar de eso también, estoy convencida que voy por el camino correcto, que la docencia es un eterno desafío, que no hay que bajar los brazos, que siempre algo podemos dar, y los jóvenes lo van a tomar. A pesar de todo, “ no se me fueron las ganas de enseñar” como me vaticinaron, muy por el contrario, seguiré armado mis caminos, con convicción y paso a paso,,,

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Terminando el profesorado...

Ahora si que estoy mucho más cerca de sentirme docente, es una sensación muy rara, impensada, ahora es el momento de repensar mis prácticas, los temores que en mí suscitaron, la incertidumbre que me asechaba antes de comenzar cada clase, la adrenalina corriendo por el cuerpo, si lo pudiese comparar, sería como esa sensación previa cuando se rinde un examen final…Y sí, algo de eso hay, cada clase la puedo pensar como una prueba, más allá de que la experiencia que he tenido solo sea en mis prácticas y realmente me estaban evaluando, siento que cuando uno es docente, cada clase debería despertar en nosotros ese cosquilleo, ese nerviosismo, el no tomarlo como una rutina, donde vamos a repetir una y otra vez alguna fórmula que alguna vez funcionó, cada clase debería ser nueva y superadora, claro, se pensará que lo digo porque no tengo experiencia y pienso de manera utópica, puede ser, pero ahora, a la distancia, creo que fue eso lo que motivó a los profesores que recuerdo en mi autobiografía, aquellos que dejaron una huella imborrable. Si eso fue posible fue porque no se dejaban llevar por la rutina, por intentar cada día sorprendernos con algo nuevo que llamara la atención y nos interesáramos por lo que nos intentaban trasmitir.

Se que no es fácil, sobre todo habiendo pasado por las prácticas en el nivel medio, me he dado cuenta que el trabajo con los adolescentes es un constante desafío, intentar mantenerlos con un nivel aceptable de atención es una tarea titánica, ni que decirles el hecho de generar interés en el tema…

De todos modos, y a pesar de que en mi caso particular me ha tocado trabajar con un grupo bastante especial, la sensación que me llevaba al finalizar cada encuentro era sumamente satisfactoria, no podía dejar de salir del establecimiento con una sonrisa. Yo tenía la sensación de haber puesto lo mejor de mí, y que ellos lo habían tomado así, no todos en la misma medida, pero siempre participaron en lo que propuse, se generaron muy interesantes debates y pudimos conversar de diversos temas.

Posiblemente no he podido respetar mis planificaciones a rajatabla, pero creo que esa no era la idea, sino el poder respetar los tiempos de los alumnos, el escucharlos cuando tenían algo que decir, no se si pude responder a todas sus inquietudes, pero seguramente lo intenté.

Creo que ese es sin dudas el rol principal del docente, más allá de trasmitir los contenidos que sean pertinentes, es fundamental, que pueda acercarse empáticamente a sus alumnos, los pueda escuchar, y a partir de las reflexiones que de ellos surjan, poder co-construir la clase para que el aprendizaje resulte doblemente significativo. Por supuesto esto no se logra de un día para el otro, es un ejercicio permanente que debe realizarse con la convicción de que es posible superarse día a día en este trabajo de acompañar a los jóvenes en su formación.

lunes, 25 de octubre de 2010

Mi autobiografía original...

Cuando me pongo a pensar sobre mi autobiografía escolar, lo primero que viene a mi mente fue mi frustrado primer día de clase. Ya estaba lista, con mi delantal blanco, y de pronto, el malestar y los chuchos de frío que venía sintiendo desde la mañana, se transformaron en fiebre muy alta…la cuestión era que estaba con sarampión!! Por este motivo tuve que comenzar unos cuantos días después y con bastante nerviosismo, recuerdo haberme sentado en el último banco, bien lejos de todos los demás. A pesar de este traspié inicial, no tuve problemas para adaptarme, me encantaba ir a la escuela, vivía en una eterna competencia con una compañerita (que supe que fue docente) por ver quien tenía las mejores notas, nuestro amor propio no nos permitía que “la otra” tuviera un punto más.

Los años que siguieron no me han marcado con demasiados recuerdos significativos en lo que se refiere al aprendizaje, por lo menos en la escuela.

Lo que sí tengo guardado en mi memoria, son las sobremesas, después de la cena, con mi papá, quien le pedía que me haga preguntas, sobre todo de geografía, materia que me apasionaba, supongo que tendría alrededor de diez años, ese era un “juego” que teníamos entre los dos.

Ya en el secundario, valoré y valoro la manera de enseñar de la profesora de matemática de primer año, era muy clara con sus explicaciones, y hacía que lo difícil se vuelva obvio, aunque le “gustaba” mucho mi apellido, y cada vez que tomaba su libreta me llamaba al pizarrón, debo reconocer que esa presión que ejercía hizo que yo aprendiera mucho más y que mis notas fueran muy buenas en matemática, cosa que nunca más sucedió.

Ya en tercer año, debo resaltar la labor del profesor de Anatomía, él era un médico del barrio, muy respetado y querido por todos. Nunca nos pidió un libro, se limitaba a dictar lo que suponía que era necesario, y cuando tomaba un examen, pedía que fuésemos textuales, ni una coma de más. A pesar de que era sumamente exigente, todos teníamos muy buenas notas. Pero lo que más quiero rescatar, es que, por lo menos una vez por mes, nos dictaba alguna clase “especial”, muchas veces acerca de sexualidad, si en el día de hoy es un tema difícil de tocar en el ámbito escolar, imagínense lo que era en el año 1978, plena dictadura. Recuerdo que la vicedirectora venía a echarnos del aula, porque ya había entrado el turno tarde y nosotros seguíamos con el profe, no queríamos que su clase termine.

Lo que restó del secundario lo pasé sin mayores problemas. Luego comencé a estudiar Derecho en la Universidad de Morón, pero evidentemente era más por mandato familiar que por propia vocación, y antes de los dos años dejé la carrera.

Desde ese momento, y hasta que retomé mis estudios en el CBC, pasaron veinte años, fue cuando mi cuarto hijo todavía no tenía un año, que decidí que no podía seguir sin estudiar, y comencé, no sin cierto temores, pensaba por momentos que no iba a poder cumplir, pero volvió a surgir ese amor propio de primer grado y pude culminar y obtener el título.

De mi paso por el CBC, rescato las clases de Biología que daba Manuel Alonso, brillante docente, hoy en día titular de la Cátedra, y sé que sigue investigando sobre didáctica de la Biología, es un apasionado de lo que hace, y lo trasmite, sus clases, a pesar de los temas complicados que tocan, siempre fueron esclarecedoras, con muchos ejemplos y gráficos en el pizarrón. En algún momento, mientras cursaba, pensé en cambiarme de carrera, de tanto que hizo que me gustara la biología.

Y como último ejemplo de docente que ha marcado mi biografía escolar, debo nombrar a la docente de Psicología Educacional, es por ella que hoy curso el Profesorado, no tanto por la docencia como una meta personal, sino por aprender un poco más acerca de la Educación, los intrincados procesos de enseñanza aprendizaje, las dificultades que se suscitan en los ámbitos escolares. Esta docente, que trabaja en integraciones escolares, me ha trasmitido su amor por lo que hace y ha despertado en mí el interés por la Educación, y en particular, por la Especial. Si en algún momento de mi vida, anterior al cursado de esta materia alguien me preguntaba si pensaba en la docencia, mi respuesta hubiera sido absolutamente negativa, nunca pensé que pudiera tener condiciones para enseñar, pero al ir transitando por este profesorado, al que como antes dije no ingresé por el hecho de poder dar clases, sino de aprender sobre educación, puedo ahora afirmar que me resulta apasionante el hecho de poder estar frente a un grupo de alumnos y poder trasmitirles aunque sea un poco de lo que uno conoce. Estoy también transitando las prácticas, y es conmovedor ver las caras de los jóvenes cuando por fin, algún concepto que parecía difícil pudo ser comprendido!

Así que ahora es el momento donde puedo resignificar todo aquello que me fueron dejando mis profesores, todo lo que intentaron trasmitir, incluso ahora entiendo un poco más también a aquellos que no dejaron tan buenos recuerdos. De todos puedo aprender, tomar lo que me parece provechoso, descartar aquello que en su momento incomodaba. Desde la manera en que uno se posiciona dentro de aula, hasta la manera de evaluar. Ahora puedo tener una mirada más crítica que entonces…

Esta autobiografía, en donde abunda solamente la experiencia desde mi rol de alumna, podrá ir creciendo a medida que vaya incursionando dentro del área docente, de donde espero obtener tantas satisfacciones como las obtuve con estos profesores que han dejado en mí una huella imborrable.

martes, 24 de agosto de 2010

Y se viene la media...

Ya pasamos por Superior, los que no teníamos experiencia pudimos romper el hielo con esta experiencia hermosa que es estar al frente de una clase!! Ojo!! no quiero decir con esto que no nos estresamos un poco...Pero salimos airosos!!
Y ahora???? Nos toca enfrentarnos con un alumnado diferente, nada mas y nada menos que con adolescentes... Todos sabemos, sobre todo por nuestra propia experiencia, lo difícil que es transitar por esa etapa, todos fuimos alumnos y todos recordamos alguna que otra anécdota mas o menos subida de tono o broma que le realizabamos a determinados profes...
El tema es que ahora nos toca ponernos en ese lugar, y como pesan esos recuerdos!! Personalmente pienso, podre ponerme a la altura de las circunstancias?, que voy a hacer si en algún momento la clase se desborda? Seré capaz de genera un buen clima? y así montones de preguntas...Creo que lo que mas me preocupa, el el poder pensar en actividades que les resulten interesantes y puedan participar, mejor dicho, quieran participar!!
Espero que el pasaje previo por la carrera de Psico, y por algunas materias relacionadas con los adolescentes me ayuden a tratar de entenderlos y no desfallecer en el intento!!

domingo, 4 de julio de 2010

SER O NO SER

That is the cuestion…como varias otras cosas en la vida, me percato un poco tarde de lo que para mi significan… Si me hubieran preguntado un par de años atrás si me interesaba la docencia, mi respuesta hubiese sido: “Para nada!” Me cuenta mi mamá que cuando estaba terminando el secundario ella me preguntó: “¿no te gustaría ser maestra?” NI LOCA! Contesté y en aquel momento (les hablo del año 1980) comencé a estudiar derecho, de todos modos parece que mucho no me interesó, porque a los dos años abandoné, mi vida tomó otros rumbos, casamiento, hijos, trabajo, y cualquier cosa relacionada por el estudio, siempre quedaba relegada…Hasta que un día me animé, y con 40 años, comencé el CBC de Psicología, que sensación tan extraña, volver a estudiar! Me sentía de 18 (lamentablemente no lo parecía), puse todas las ganas y por suerte me fue muy bien. Fui transitando por la carrera sin sobresaltos, hasta que llegó Psicología Educacional, esta materia marcó un antes y un después, despertó en mí un real interés por el área de la educación, sobre todo, la especial, con lo que trae aparejado respecto de la integración escolar. Así fue que, informándome, como meterme en el tema, me dijeron que me hacía falta hacer algún profesorado, que con el título “psi” solo, no alcanza. Con esa idea fue que comencé a cursar este profesorado…


De enseñar ni hablar!


Así fue que cada vez que me preguntaban acerca de los motivos que me llevaron hasta aquí, mi respuesta era siempre la misma, “necesito este título para insertarme en el área de educación especial…no me interesa enseñar…”. Pero llegó “la práctica”, tengo que dar clases de verdad!! ¿ y ahora que hago?


Dudas y más dudas


Y si no lo hago? Y si abandono ahora? Confieso que en algún momento se me cruzó por la cabeza la idea de dejar todo, sentía mucho miedo, no sabía como iba a hacer para pararme frente a una clase, después pensé, si mis compañeros pueden, yo también!


Llegó el momento de observar…


Acá la cosa ya se tornaba más real…había llegado el momento de acercarnos a la institución donde después realizaríamos las prácticas. Mi primer intento fue con un compañero con quien supuestamente trabajaríamos en pareja pedagógica, pero no pudo ser, no nos alcanzaban los días, así que tuve que volver sola otro día a observar otra clase.


Ahora sí!


Esta vez sí, ya no había vuelta atrás, ya estaba en el salón observando, confieso que no sabía muy bien que observar, el solo hecho de pensar que en breve la que iba a estar parada en el frente era yo, me preocupaba bastante. ¿Cómo iba a hacer para estar allí por más de dos horas y salir indemne? Yo tomaba notas, leía el programa que me había facilitado el profesor…además surgía otra preocupación: en el curso hay tres chicos sordomudos que se dispersan bastante, ¿lograría captar su atención?, si estando el profesor titular se están sacando fotos con el celular…no quiero pensar que va a pasar cuando yo esté allí!


Mi primera planificación real!


Y si…hasta ahora todo lo que había hecho era hipotético, en la “otra” materia, había que hacer una planificación, pero todavía no había dado ni siquiera la micro clase frente a mi grupo, así que éste era realmente un desafío. Propósitos, objetivos, fundamentos, actividades, estrategias…SOCORRO! No sé por donde empezar!


Una a favor…


Por lo, menos el tema que me tocaba dar no era difícil, sexualidad infantil, si leo un poco, lo recuerdo bien, pero no puedo estar hablando 2 horas frente a los alumnos, tengo que pensar actividades, cómo presentarlo, en fin, planificar…, ahora entiendo por qué es importante, lo que no entiendo es por qué me resulta tan difícil, tardé varios días en planificar una clase de dos horas! Mientras intentaba planificar pensaba: Menos mal que no me voy a dedicar a esto, como docente soy un desastre!


Al fin!


Después de un par de idas y venidas (léase correcciones de la profe), quedó lista. Lo que más me gustó fue la historieta que elegí para disparar el tema, como soy fanática de la tira “Yo Matías” de Sendra, sabía que no me iba a defraudar, Matías tenía que ayudarme, y lo hizo



















Este fue el primer acercamiento al tema, y también me sirvió para romper un poco el hielo con los alumnos, sabía que les iba a sacar una sonrisa, además de algunos comentarios respecto a la sexualidad infantil.

La verdad fue que no me resultó nada fácil pensar actividades para realizar con los temas que tenía que dar, el oficio de “alumnaoyentedelateoríafreudiana” jugaba un papel importante, no me imaginaba tomar estos temas de una manera que no fuera meramente expositiva.


El gran día!


Ya está, ya no hay vuelta atrás, acá estoy, con mis afiches, fotocopias y mis nervios a punto de dar la primer clase!

Al estilo de las leyes de Murphy, si algo malo puede pasar seguramente pasará… ¿Recuerdan que había en la clase tres chicos sordomudos? ¿Adivinen que? Me dice el profesor, cuando estaba por entrar que la intérprete de señas había faltado. Entré en pánico por un momento, ¿Y ahora cómo lo resuelvo? “Golpe a golpe como dice la canción, se hace camino al andar, a andar se ha dicho!

Comienzo presentándome y luego les pido que hagan lo mismo, por un momento hubo un silencio, pero luego todo empezó a fluir…no digo que me tranquilicé, pero me pude manejar con cierta soltura, los alumnos participaron todos, los chicos sordos lo hacían por escrito y para cuando me quise dar cuenta la clase estaba por terminar, y me había sentido muy cómoda. Uno de mis temores era el de terminar antes de lo previsto y no saber que hacer con ese tiempo sobrante, pero por el contrario, quedó una actividad para la clase siguiente.


Preparándome para el segundo round


Otra vez a planificar…pero que diferente que es ahora! Lo que me había llevado días, ahora es cuestión de horas, la incertidumbre de los tiempos a utilizar para cada actividad, ahora cobra sentido, es muy difícil realizar una planificación cuando uno no ha estado nunca al frente de una clase, ¿cómo puedo saber cuánto tiempo necesitan para realizar tal o cual cosa? Pero el haber trabajado con los alumnos, aunque sea una vez, ya me dio pautas para pensar mejor acerca de los tiempos estimativos. Surge el tema de las actividades otra vez, ¿me dará una mano Matías? Tenía que introducir Edipo, Castración y hablar de la envidia del pene…Y allí aparece Matías otra vez:















Brillante! Me pareció muy oportuno, un buen disparador para las actividades. Otra cuestión a tener en cuenta era la posible ausencia de la intérprete de señas, entonces la idea que tuve fue usar mucho el pizarrón, cada nuevo concepto, cada aporte se iría anotando para que los chicos pudieran ver de que se estaba hablando, lo mismo con las consignas para los trabajos, las anotaría y les pediría la devolución por escrito para leerla ante sus compañeros.


Y llegó la segunda…


Pensaba, si en la primera clase me fue bien, no tengo porque ponerme nerviosa, lo peor ya pasó, pero de todos modos no pude evitar llegar con un nudo en el estómago, ahora estaba nerviosa porque sentía que no dominaba los conceptos, ¿podría ser clara?, además, ¿vendría la intérprete? ¿ Podré lograr que estos chicos se lleven algo en claro?

Mis sospechas se hicieron realidad, la intérprete volvió a ausentarse, dos de los alumnos sordos faltaron, sólo asistió una por temor a quedarse libre, otro desafío por delante, pero una vez en el salón los nervios se disiparon y comencé aponer en práctica lo pensado.

Fue una clase con un clima muy ameno, con muchos intercambios, pudimos establecer relaciones con los temas que trabajamos anteriormente, nos pudimos reír hablando del Edipo y contando anécdotas personales. Se pudo realizar una actividad de cierre con los temas de las dos clases y fue divertido cuando las alumnas contestaban las consignas del crucigrama mejor que el profesor titular del espacio! Eso me daba la pauta que me habían escuchado y además comprendido algunos conceptos básicos. Me emocioné en la despedida, me aplaudieron, no lo podía creer! Fue una devolución muy afectuosa de parte de ellos, también fue muy importante para mí cuando una alumna mientras guardaba sus cosas me dice: “ si nos toman algo de esto en el parcial me voy a acordar de vos…” yo pensé “uy que mal”, le dije que leyera, que no se quedara solo con la clase, y me responde, “ me voy a acordar porque explicaste muy bien” Eso fue lo más gratificante que pude escuchar, tuvo más peso que la devolución que me hizo la docente!


Hablando de caminos…


Cuán cierto es esto de que el “camino se hace al andar”, cómo cambió para mí el significado de la docencia una vez que pasé por esta experiencia. Todo lo que pensaba, que no iba a poder, que no me gustaba enseñar, quedó por tierra. Muchas cosas cobraron otros significados, sobre todo la importancia de la planificación, personalmente me otorgaba cierta tranquilidad el haber pensado cómo sería la secuencia de actividades, y pensar que llegué a creer que no era tan importante! Claro, lo que pasó es que hasta ahora no había visto más que teorías, las planificaciones que me habían pedido eran para clases hipotéticas, que no serían dadas, no podía encontrarle significados. Pero paso a paso, y mitigando mis temores iniciales y sobre todo mi incertidumbre, pude ir construyendo un nuevo camino, que nunca soñé, nunca pensé que la docencia podría llegar a interesarme, y no sólo me interesó, me apasionó! Sentí que era capaz de estar al frente de una clase, y además de hacerlo con gusto. Sé que me queda muchísimo por aprender, que el recorrido es largo, pero no imposible, que este puede ser mi nuevo camino, el que he comenzado a recorrer…


miércoles, 30 de junio de 2010

Joan Manuel Serrat - Cantares

CAMINANTE NO HAY CAMINO - Joan Manuel Serrat (letra e vídeo)

CAMINANTE NO HAY CAMINO - Joan Manuel Serrat (letra e vídeo)

Caminante No Hay Camino

Joan Manuel Serrat

Todo pasa y todo queda
Pero lo nuestro es pasar,
Pasar haciendo caminos,
Caminos sobre la mar.

Nunca perseguí la gloria,
Ni dejar en la memoria
De los hombres mi canción;
Yo amo los mundos sutiles,
Ingrávidos y gentiles
Como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse de sol y grana,
Volar bajo el cielo azul,
Temblar súbitamente y quebrarse...
Nunca perseguí la gloria.

Caminante son tus huellas el camino y nada más;
Caminante, no hay camino se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
Y al volver la vista atrás
Se ve la senda que nunca
Se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino sino estelas en la mar...

Hace algún tiempo en ese lugar
Donde hoy los bosques se visten de espinos
Se oyó la voz de un poeta gritar
Caminante no hay camino, se hace camino al andar...

Golpe a golpe, verso a verso...
Murió el poeta lejos del hogar
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse, le vieron llorar.
"caminante, no hay camino, se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso...
Cuando el jilguero no puede cantar
Cuando el poeta es un peregrino,
Cuando de nada nos sirve rezar.
Caminante no hay camino, se hace camino al andar.

Golpe a golpe, verso a verso.